A vueltas con el hierro



La cantidad de hierro por kilo en una persona es de 50 mg, lo que supone para una persona de 70 kilos, unos 3,5 gramos. De esta cantidad, el 65% está en forma de hemoglobina en las células rojas (hematíes), y es esencial para el transporte de oxígeno. El hierro restante está en forma de mioglobina en músculos, en determinados enzimas y almacenado en macrófagos, hígado y médula ósea.

En la mayoría de los deportes, el envejecimiento prematuro de hematíes (por el desgaste del paso por capilares finos), junto con la rotura en golpes, contusiones o presión, provoca una pérdida de hierro muy por encima del que se produce en las personas sedentarias o con baja actividad física. Esa es la razón de la preocupación, en medicina deportiva, por los niveles de hierro y sus depósitos (ferritina).

Una dieta occidental puede ser deficitaria en hierro absorbible, en particular, cuando hay desequilibrios dietéticos como ocurre en dietas restrictivas (gimnasia rítmica), deportes de combate (control de peso), vegetarianos (algunas modas en corredores de fondo) etc. Una de las razones de realizar un reconocimiento médico deportivo precoz (12 ó 13 años) es introducir hábitos en los niños que se van a someter a entrenamientos intensos. Yo, particularmente, me preocupo de que aprendan a comer hígado, mejillones al vapor e incluso algunos platos en los que pueda introducirse sangre cocida (rellenos etc).

Cuando tenemos problemas de ingesta de hierro, ya en el adulto, conviene controlar todos los factores que intervienen en su ingesta (hierro absorbible), en su absorción (ingesta de cobre, cinc, calcio y ascorbatos) y en su metabolismo. Es una mala práctica recurrir, preventivamente, a las sales ferrosas con aportes masivos de hierro, entre otras razones, porque es hierro es un poderoso oxidante (reacción de Fenton) (aunque es evidente que cuando la ferritina está baja, hay que dar hierro en forma de sales ferrosas y en dosis de choque).

Yo utilizo, en adultos que no van a cambiar sus malos hábitos dietéticos, una fuente más natural de hierro, como es la levadura cultivada en medio rico en hierro, ya que unimos los minerales que mejoran su absorción y lo hacemos en una forma más habitual para el organismo, como es la presencia de dosis bajas y el efecto sinérgico de minerales como los comentados.

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