Aluminio y cáncer de mama



Aunque no es objeto habitual de este blog, voy a tocar un tema poco relacionado con la alimentación y el deporte, pero del que me siento obligado a hacer un breve comentario.

Hace pocos meses escribí acerca del uso de parabenos y disruptores endocrinos


Ahora vuelvo a hablar de la acción de estos compuestos en relación con el cáncer de mama, ya que hace poco pusieron un reportaje en TV acerca de la relación entre el aluminio y el cáncer de mama y, ya se sabe, si decimos los investigadores que hay un tema preocupante, nadie nos oye, pero si lo dice la tele……


Este tema del aluminio me recuerda al tabaco en los años sesenta (cuando nos comentaban que el tabaco era poco tóxico y que había que fumar muchísimo para tener algún padecimiento) o el amianto más tarde (yo estudiaba medicina y ya se hablaba del poder cancerígeno de este mineral, aunque en los medios publicitarios e institucionales se hablaba de poca relación e inconcluyentes resultados…. Lo mismo que dice ahora el Instituto del Cáncer de Estados Unidos).

El comunicado del National Cancer Institute (NCI) dice textualmente:

-          No hay estudios concluyentes que relacionen el uso de antitranspirantes o desodorantes en las axilas, con el cáncer de seno (mama).

-          Los estudios de investigación acerca de los antitranspirantes o desodorantes que se usan bajo el brazo han terminado y sus resultados son contradictorios.

Sin embargo, también afirma que se requiere más investigación para examinar específicamente si el uso de desodorantes o de antitranspirantes que puedan causar la acumulación de parabenos y de compuestos de aluminio en el tejido de la mama. También, es preciso investigar para determinar si estas sustancias químicas pueden alterar el ADN de algunas células o causar otros cambios en las células de seno que pueden resultar en cáncer de pecho.



Bueno, pues me voy a mi hoja de consulta habitual y empiezo a buscar artículos de investigación (en revistas de alta credibilidad científica, es decir, de alto impacto) y me encuentro con más de cien artículos de los cuales, en una primera selección, podemos estudiar más de una docena procedentes de grupos de investigación consolidados y revistas de impacto.




¿Resultado?

Pues para mi sorpresa, hay un consenso bastante acentuado en la comunidad científica al respecto, es decir, en múltiples ensayos realizados en animales se ha demostrado la relación causa-efecto entre la presencia de sales de aluminio y diversos cánceres, al tiempo que en humanos se considera altamente probable dicha asociación.


Ya está plenamente establecida la toxicidad del aluminio, y se dice que la exposición al aluminio se produce principalmente cuando:   

Se consumen medicamentos que contengan altos niveles de aluminio. a) Se inhala polvo de aluminio que esté en la zona de trabajo. b) Se vive donde se extrae o procesa aluminio. c) Se colocan vacunas que contengan aluminio. d) Se ingieren alimentos cítricos preparados sobre una superficie de aluminio.

La relación con el cáncer de mama se empezó a plantear cuando los epidemiólogos relacionaron la alta frecuencia de tumores en zonas cercanas a las axilas, lugar en el que se emplean desodorantes que llevan sales de aluminio.
Un estudio de científicos de la Universidad de Keele (centro de Inglaterra) hizo saltar la liebre al hablar de la posibilidad de que el uso frecuente de desodorantes con efecto antitranspirante propiciara la aparición de casos de cáncer de mama. Esa hipótesis, que publicó la revista científica "Journal of Inorganic Biochemistry", es fruto de una investigación que los expertos llevaron a cabo con 17 mujeres a las que se les había sometido a una mastectomía en el hospital de Wythenshawe, en la localidad inglesa de Manchester. Los científicos hallaron en los tejidos mamarios elevados niveles de aluminio, sustancia que compone el 90 por ciento de los agentes antitranspirantes de la mayoría de los desodorantes que tratan de evitar la sudoración. Además, los expertos observaron que las mayores concentraciones de aluminio, sustancia que estudios anteriores han relacionado con el cáncer de mama, se encontraban en la zona del pecho próxima a las axilas, en la que generalmente se aplica este tipo de productos y donde se detectan la mayoría de tumores de esta clase.
Exley C, Charles LM, Barr L, Martin C, Polwart A, Darbre PD. Aluminium in human breast tissue. J Inorg Biochem. 2007 Sep;101(9):1344-6. Epub 2007 Jun 12.

Rápidamente la industria del aluminio se puso en marcha presionando a todos los niveles y cuestionando la validez de los estudios y la poca “fiabilidad” de lo publicado hasta el momento. Fruto de esta presión es el comentario que he puesto al comienzo del Instituto del Cáncer de USA.

¿Conclusiones?
Yo tengo al menos dos cosas claras.
1.- La toxicidad del aluminio está demostrada
2.- La respuesta del ciudadano ante la sospecha tan fundada de la comunidad científica es fácil ante la duda, usar desodorantes sin sales de aluminio.


¿Por qué no se sigue el principio de precaución?

-          En primer lugar, porque la potente industria del aluminio no quiere ni oir hablar de relación con el cáncer, aunque sea de forma tangencial (uso de sales en desodorantes)

-          En segundo lugar, no hay fáciles y baratas alternativas a los desodorantes con óxidos de aluminio hidratados y, por supuesto, nadie asume la posibilidad de que sus feromonas y olores bacterianos perjudiquen sus relaciones sociales.



Existen dos formas de Desodorantes Minerales: 

Ammonium Alum: Sulfato de Aluminio y Amonio y Potassium Alum: Sulfato de Aluminio y Potasio. 

Ambos se obtienen a partir de la Bauxita. Estas sales son las responsables de evitar el mal olor al formar una capa tópica sobre la piel, creando un entorno en el que las bacterias no pueden crecer.


¿Y todos esos compuestos son peligrosos?  

En realidad no. El peligro aparece cuando se pone uno en contacto íntimo con una sal que posea la característica poder atravesar la barrera de la piel. En este sentido, es al clorhidrato de aluminio al que se pueden asociar dichos efectos. ¿Por qué? Pues vamos a analizar el paso de sustancias a través de la piel para poder comprenderlo.


En efecto, sabemos que además de cuestiones de polaridad y demás, el peso molecular del producto químico que pretende atravesar la piel es inversamente proporcional al coeficiente de permeación, es decir, a mayor peso molecular, menor facilidad. También interviene la oclusión de la piel, de modo que una piel con daño en su estrato córneo permite más la absorción.


Ya tenemos, por tanto, dos factores clave a la hora de interpretar el riesgo de ponerse un desodorante con estos compuestos. 1) Lo ideal es que el peso molecular de la sal sea elevado (los que llevan los desodorantes comerciales suele ser de 174,45 g/mol, lo que les hace peligrosos). 2) Que la piel esté íntegra y no tenga lesiones.


¿Qué es lo que no debe hacerse)

Depilarse (daño a la capa córnea de la piel) y ponerse un desodorante habitual con clorhidrato de aluminio (174,45 g/mol)


¿Cuál es la mejor forma de prevenir?

1.- No ponerse nada y llevar la axila limpia y usar cremas hidratantes

2.- Usar un desodorante sin clorhidrato de aluminio


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